sábado, 28 de junio de 2008

CAPÍTULO 4

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Capítulo 4

-Ahora quería ser yo el objetivo del sexo oral. Deje el bastón en el suelo y me quité las bragas. La sensación era muy rara, nunca me había exhibido delante de tanta gente; me encontraba liberada.
Me tumbé en el suelo y señalé con el dedo a un hombre que se acercó acompañado de alguno más.
El enmascarado deslizó su máscara hacia arriba y se agachó. En ese momento noté algo húmedo y blando: era su lengua. Se mezclaba la saliva y el sudor de mi cuerpo en esa zona, me encontraba realmente excitada, nunca me lo habían comido así.
Al principio sentía toques lentos y con el paso del tiempo éstos se aceleraban, pasando de arriba a abajo, acariciándome el clítoris. Se me escapaban gemidos de la boca, tenía ganas de arañar a alguien. Esta es una sensación que no puede compararse con ninguna otra en la vida.
Ese hombre lo hacia de maravilla, me encantaba, lo necesitaba, era como un juguete sexual que me gustaría tener en casa para poder utilizarlo a mi antojo.
Nada me importaba a excepción de esto; como si me hubiera trasladado a otra dimensión. Sin quererlo, no pude evitar orinarme. Me dio vergüenza, pero a él no pareció importarle.
Tras un momento fogoso y muy intenso, se me pasó por la cabeza la siguiente cosa que me gustaría hacer, y como es lógico, voy a ir a más...

Sigue en el capítulo 5.